domingo, 9 de mayo de 2010

Vecinos 2


- ¿Y dices que soy yo el misterioso? - lo decía mientras sonreía pasándome la mano por el vientre mojado - eras tú la que pasaba corriendo como un espejismo, sin darme tiempo a verte, a saludarte, metías el coche en el garaje rápidamente y desaparecías detrás de esa puerta con mis pensamientos.
- ¿Qué? - no podía creerme lo que me decía - no te veía salir de casa que ya estabas dentro del coche, no veía casi pararse el coche delante de casa que ya no estabas.
- De todas formas, pocas veces nos veíamos por la calle y nunca hemos coincidido en ningún otro lugar - nos miramos, enseguida me perdí en esos ojos que brillaban para mí - excepto aquella vez que ibas caminando por la calle aquella tarde, ¿sabes? durante un momento me llené de felicidad, pero enseguida pensé que seguramente habías quedado con aquel chico tuyo de nuevo y me entristecí al pensar que ni siquiera existía para ti ya que ni me saludaste.
- Mejor - su rostro cambió mostrando preocupación - es mejor mantener el misterio, no me cuentes nada de tu vida, ni la diferencia entre hace un mes y ahora, no quiero saber tu color favorito, ni siquiera quiero enterarme de qué equipo eres, nade de números, ni de citas.
- ¿Porqué? - no dije nada, él aún intentaba averiguar el porqué de mi decisión - ¡ah! ya sé - apartó su mano de mi vientre y se sentó mirándome con seriedad - quieres desaparecer
- Quiero conocerte - mi mano se fue directa a su rostro - sin destapar tus misterios, ya que, una vez se sabe todo del otro, se pierde toda la magia y se pierde todo - sonreí, pero el seguía sin cambiar su rostro cosa que me preocupaba, no podía ser que le gustara tanto como para empezar algo - tengo que irme.
- ¿Tan pronto? - no respondí, simplemente me levanté - está bien - me puse la camisa y le miré. Él seguía sentado mirándome, me acerqué y le di un beso en la comisura de los labios, le habría querido besar y quedarme allí toda la tarde, pero todo tenía que ir a su ritmo, sin prisas.
- Cuídate - sonreí y él me la devolvió
- Espera - me giré antes de abrir la puerta - dime tu nombre
- Puedes llamarme como quieras.
Abrí la puerta y salí cogiendo aire mientras miraba el cielo, tenía ganas de entrar y abrazarle, de que me contara sus secretos mejor guardados mientras yo iba descubriendo otros, pero a él no le quería perder por saber demasiado. Sonreí, bajé los tres escalones y me fui para casa espserando que el tiempo me hiciera verlo de nuevo.

Vecinos


Cuánto hace que somos vecinos? ¿Cuánto nos vimos por primera vez? ¿Tú lo sabes? Yo no tengo la más remota idea, pero sé, que desde la primera vez que te vi, que te he esperado, cada vez que bajo por la calle con mis prisas y poca paciencia, cada vez que he escuchado tu coche bajar cuando yo dejaba o cogía el coche del garaje. Pero nunca nos cruzamos, nunca nos vemos, es más, en todo este tiempo nuestras miradas se han cruzado cinco veces, tres segundo cada vez, provocandome, pidiéndome a gritos que me acerque.
¿Cómo te llamas? No lo sé, ¿Qué edad tienes? No lo sé. Quiero conocerte sin destapar tu misterio, quiero comerme tus ojos sin tocarlos.
Por ahora, eres mis sueños.

domingo, 14 de febrero de 2010

Tiempo al tiempo


Tengo que admitirlo, aún no lo he podido olvidar, se me presentan nuevas ocasiones, infinitas oportunidades para conocer a chicos nuevos pero mi corazón sigue ocupado y nuestra .... sigue palpitando dentro de mí aunque cuando veo a esas dos personas aún enamoradas, veo solo a un desconocido, a un extraño, como si jamás hubiera estado con él, como si el recuerdo fuera demasiado lejano y me tormenta.

Tiempo al tiempo, me voy repitiendo.

lunes, 1 de febrero de 2010

TODO Y NADA


Porque aunque mi cabeza me da vueltas yo no voy a cambiar la decisión, porque segundas partes nunca fueron buenos y aunque lo fue todo ahora tiene que pasar a ser nada, un recuerdo simplemente. Porque no puedo seguir en contacto con él, porque ni siquiera soy capaz de saber lo que piensa y sus preguntas amargan y dan golpes una y otra vez dentro de mí, no dejándome vivir, ni siquiera me salva escribir o caminar, no consigo sacar nada en claro, excepto una cosa, aquí se ha terminado, ni una conversación más, ni un hola ni un adiós, ni un cruce de miradas, todo adiós.

Aunque me resulte difícil, insoportable, no puedo volver atrás, siempre adelante, como siempre he hecho, aprendiendo a vivir con mis errores. Aunque este es el pero de todos, seguiré con él a cuestas, porqué jamás veras girarme cuando voy por la calle a menos que alguien me llame y ahora no hay ninguna voz.

Y no solo es eso, es la tortura de la amistad, una amiga explicándome sus ratos con ese chico que le gusta, recordándome que yo viví algo parecido y intenso, recordando las veces que me quedé despierta esperando a que conectar o a que me dijera hola, aunque solo nos preguntáramos como estábamos y nos respondiéramos que bien y un me alegro para terminar aquí la conversación.

Pero eso es pasado, él es el pasado y yo el presente.

sábado, 30 de enero de 2010

Lloro


Ante ese desnudo inesperado para mí, empecé a llorar, todo me recordaba a él, estaba en todas partes. Al ver la fotografía de cuando era pequeña, que fue lo primero que vio al entrar en mi habitación la primera vez que lo hizo, las palabras que pronunció junto a su voz, me vinieron tan rápido como cae un relámpago del cielo al suelo, como si su voz se hubiera quedado atrapada en esos pocos metros cuadrados. No era lo único que tenía allí de él, un escrito que hablaba del paso del tiempo, queramos o no este siempre pasa, al final del escrito un esquema de un gato, el que había dibujado porque el escrito me recordaba a él y yo siempre le decía que era como un gato porqué a veces parecía que ronroneaba cuando estaba conmigo abrazado y lleno de alegría. También conservaba su olor la camiseta que me dio el primer día que dormimos juntos igual y no podía evitar dejar vacío el lado de la cama en el que él había dormido. Todo esto me hacía llorar sin poder parar, me venían loso recuerdos de todas las cosas vividas junto a él, todo lo que había hecho por mí y no dejaba de preguntarme porqué lloraba de esa manera cuando era yo y no él, el que había puesto fin a la relación, porqué me venían unos recuerdos que creía haber enterrado en cuando le dije cuídate.
Pero aunque eso quería pensar, mi corazón no lo quería sentir y seguía dañado y mostrando toda su pena durante toda la noche, sin dejarme dormir, igual que a la noche siguiente y al igual que seguramente pasarán durante muchas noches porque de día tampoco consigo ahogar las lágrimas, todo es motivo para llorar, todo me recuerda a él y todo me hace pensar que me equivoqué de decisión, porque le quiero y eso lo sabía, pero no estaba enamorada o eso creía.

Lloro y aún sigo haciéndolo recordando que perdí a la persona a la persona que más he querido y la que más a sentido por mí, la que me dio apoyo cuando los demás me daban la espalda, lloro por haber apagado mi corazón cuando él lo dejaba encendido para llenarnos a los dos, porque por no hacerle más daño he conseguido lo contrario y a demás me he estoy haciendo daño a mí. Lloro porqué sé que no voy a encontrar a nadie mejor que él, porque no veo a nadie como aún le sigo viendo cuando me acuerdo de él, porque no quiero a ningún chico ya que veo que no es él y si no es él yo no quiero nada. Lloro por mi estupidez, por haber hecho todo lo que he hecho y no ser capaz de agachar la cabeza, lloro por no saber que hacer en un momento como este, de duda. Lloro porque sé que eran ciertas sus palabras cuando me decía que no iba a encontrar a nadie que me quisiera más que él y lloro porqué sé que él piensa tantas cosas erróneas como que puedo encontrar la felicidad mientras no esté a su lado, como que valgo demasiado para él, cómo que él no es nada y yo demasiado. Y sigo llorando porque me vienen recuerdos y su voz me susurra al oído sin que esté él y también porque me duele escribir cuando siempre me ha ayudado.

Lloro porqué le dije adiós y le perdía para siempre.

Fuerza


Tenía la certeza de que me habían vuelto las fuerzas, no sabía en un principio cómo, ya que las había perdido completamente cuando murió el ser más querido para mí, mi pequeña. Pero ahora vuelvo a notar que las he perdido y sólo hago que recordar para llorar y seguir llorando, aunque me niegue, los recuerdos no dejan de bailar en mi cabeza, como si se estuvieran divirtiendo mientras las lágrimas me caen mejilla abajo empapando, a ratos la almohada, a ratos los tejanos.

Y como suele ocurrir cuando estas cosas pasan, me pregunté en que momento me habían fallado, en que momento perdí el control de mí y lo encontré. Todo empieza con una relación, al principio todo era pasión, los dos sabíamos lo que el otro sentía y eso era motivo más que suficiente para sonreír a la vida sin importarnos nada más en el mundo, así que solo existíamos él y yo. Pero todo lo que empieza acaba y saltando los malos momentos llegamos a la parte en que yo me vuelvo fría y distante, él más preocupado por mí, por no perderme y yo más preocupada en perderle de vista porque ya no sentía ese amor que había sentido meses atrás, a lo que llevaba a más discusiones, siempre sin gritar ya que los ahogábamos dentro de nosotros, pero un día llegó, dos gritos, sólo dos y entonces dentro de mí puse fin a lo que había sido otra bonita historia de amor. Le miraba sin sentimiento, no le daba beso y si lo hacía era después de que me insistiera y sólo lo hacía por obligación ya que no sentía que le tuviera que dar uno, él sufría cada día más y yo sentía cada día menos.

Entonces llegó el día del adiós, lo gracioso es que no tuve que decir nada cosa que a mí ya me iba bien porqué jamás he tenido facilidad de palabra, sentía que tenía dominada la situación, había derramado dos lágrimas, una por cada ojo, pero nada más, seguía con un corazón fuerte y helado, sin que las palabras de él me dañaran como tendrían que haber dañado. Nos separamos y entonces llegó la soledad de mi habitación y ahí, en ese momento, en cuanto crucé esa puerta, perdía todas las fuerzas que me quedaban, quedándome desnuda ante el mundo.

sábado, 8 de agosto de 2009

yo soy


Yo soy esa persona que todo el mundo mira, yo soy esa persona con la que te cruzas sin decirle nada, dedicandole una de tus sonrisas. Yo soy esa persona que pasa desaperceibida estando rodeada de gente, yo soy esa persona que estando acompañada, se siente sola.

Yo soy esa persona que escucha, mira, pero siempre calla, soy esa persona que por mas que pregunten no responde. Yo soy esa persona que critican y no es criticada, soy esa persona que por muchos golpes que le den, no llora, no sufre, no siente.

mentira, si que lloro, pero en silencio, si sufro, pero en silencio, si siento, pero en silencio.

Aprendí que es mejor volar hacia un lugar alto, y una vez allí, llorar y ver como todos lloran, sufren y sienten.
Yo soy la que consola sin hablar, solo con un abrazo, yo soy la que se lo esconde todo, porque odio que me consolen. No quiero llorar en tus brazos.